El 69% de los menores excede el tiempo de exposición recomendado a las pantallas. Ese tiempo, además, se dispara en verano, donde los estudiantes disponen de mayor tiempo libre y los padres o familiares aumentan su permisividad ante este tipo de entretenimientos. 

La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda que los menores utilicen los dispositivos entre una o dos horas al día, dependiendo de su edad. Sin embargo, según datos del estudio La falta de juego en la infancia, un 84% de los niños de 1 a 3 años y un 88% de los menores de 4 a 6 años exceden este tiempo máximo. La investigación ha sido realizada por la Fundación Crecer Jugando junto a la Universidad Complutense de Madrid y el Instituto Tecnológico de Producto Infantil y Ocio (AIJU). 

Lo preocupante de estos datos, que se disparan en verano, no es tanto el tiempo frente a las pantallas, sino la falta de control del mismo. Existe infinidad de aplicaciones educativas que pueden potenciar el desarrollo de los más pequeños, pero también múltiples peligros si no se ponen los filtros adecuados. Y uno de ellos es el ciberbullying o ciberacoso. 

Tendemos a pensar que el acoso escolar finaliza cuando acaba el curso. Y nada más lejos de la realidad. Se perpetúa a través de las redes sociales, las tablets o los smartphones, ahora con menor control por parte de adultos y progenitores. Según datos de Unicef, los casos de violencia digital pueden aumentar hasta un 267% en los meses de verano.  

El ciberacoso se registra por primera vez en niños de entre 8 y 9 años y se da con mayor frecuencia en plataformas como los videojuegos y en redes sociales como WhatsApp, Instagram o TikTok. Aunque, según la legislación española, ningún menor de 14 años puede abrirse un perfil en estas plataformas sin el consentimiento explícito de sus progenitores, la realidad nos indica que esta premisa está muy lejos de cumplirse.   

A tenor de las cifras manejadas por la Asociación Valenciana de Consumidores y Usuarios (AVACU) el 68% de los menores de 10 a 12 años tiene un perfil propio en las redes sociales. Los datos son de 2021, pero nada parece indicar que las cifras se hayan reducido desde entonces.   

Efectos del ciberacoso: ansiedad y depresión 

No se trata de un problema menor. Los efectos psicológicos y emocionales en las víctimas de ciberacoso pueden ser profundos y perdurar en el tiempo, generando ansiedad, depresión, y en casos extremos, pensamientos suicidas. 

Más de un tercio de los jóvenes de 30 países sostiene que ha sido víctima de acoso en la red, y 1 de cada 5 ha faltado a la escuela debido a situaciones de ciberacoso y violencia. Las redes sociales más usadas —como Instagram, TikTok, Twitter o Facebook— son un lugar común para el ciberacoso para 7 de cada 10 jóvenes.   

El problema es especialmente preocupante en España ya que, según datos de Bullying Sin Fronteras, nuestro país lídera el ranking de países que más sufren este problema. Lo hace por delante de México, Argentina, Estados Unidos, Alemania, Francia, Suecia, Perú, Dinamarca e Inglaterra.  

Cómo combatirlo: educación y medidas legislativas 

La educación desempeña un papel fundamental en la prevención del ciberacoso. Es importante implementar programas y campañas de concienciación en las escuelas y la comunidad sobre los riesgos y consecuencias del ciberacoso. Además, los medios de comunicación y las figuras públicas pueden contribuir a promover un mensaje de respeto y tolerancia en línea. 

Buena muestra de ello son algunas de las campañas desarrolladas por compañías como Telefónica y MasOrange, o las guías frente al ciberacoso elaboradas por organizaciones como Save the Children o Injuve. Crear conciencia sobre el impacto del ciberacoso y promover un entorno online seguro y positivo para los menores es hoy una prioridad para todos los actores que forman parte del ecosistema digital. 

Más allá de la educación en valores, también es importante destacar que los agresores se enfrentan a repercusiones legales y sociales si realizan ciberbullying. Tanto en España como en la Unión Europea, existen normativas específicas destinadas a abordar el problema del ciberacoso. 

• Ley Orgánica 8/2021, de 4 de junio, de protección integral a la infancia y la adolescencia frente a la violencia: establece medidas para prevenir, detectar y proteger a los menores de edad contra cualquier forma de violencia, incluido el ciberacoso. 

• Ley Orgánica 3/2018, de 5 de diciembre, de Protección de Datos Personales y garantía de los derechos digitales: regula el tratamiento de datos personales en línea y establece medidas para proteger la privacidad y la seguridad de los usuarios en entornos digitales, lo que contribuye a prevenir el ciberacoso. 

En la UE, la directiva sobre los derechos el uso de herramientas en línea y plataformas digitales está en constante actualización. La última es el reglamento (UE) 2022/2065 del Parlamento Europeo y del Consejo de 19 de octubre de 2022 relativo a un mercado único de servicios digitales y por el que se modifica la Directiva 2000/31/CE (Reglamento de Servicios Digitales). 

Estas son solo algunas de las normativas más relevantes en España y la Unión Europea, que buscan combatir el ciberacoso y promover un entorno online seguro y respetuoso para todos los usuarios. Es importante tener en cuenta que la legislación en este ámbito está en constante evolución para adaptarse a los desafíos emergentes en el mundo digital. 

Y es que luchar contra el ciberbullying es una tarea ardua, que debe ser asumida con el compromiso conjunto de instituciones, organizaciones, empresas, educadores y familias. Un reto que implica a todos y en el que conviene no perder de vista una premisa: los acosadores no se toman vacaciones.