17/09/2024
Cuando hablamos de la inteligencia artificial, hablamos de una tecnología completamente transversal, que afecta a todas las áreas de actividad y cuya influencia, como es lógico, se nota ya en el ámbito académico. ¿Cómo está cambiando la irrupción de la inteligencia artificial a la formación y del aprendizaje?
De responder esta pregunta se encargó hoy la línea de trabajo Sistema Educativo y FP de DigitalES, en una nueva sesión de conocimiento D-Learning, diseñada para acercar a los socios a esta fascinante tecnología y comprender su potencial para transformar nuestra sociedad.
A cargo de la misma estuvo Rafael Peláez, un reputado experto en IA con amplia experiencia en diversos sectores. Responsable de Formación técnica en Big Data, AI y Cloud en Scalian y coordinador del Programa Académico en Fundación Universidad Carlos III (Madrid) en Big Data & Cloud (Azure), DevOps & IaC y Arquitectura Big Data.
Peláez describió los múltiples usos que una tecnología de inteligencia artificial generativa puede tener en una empresa. Puede, explicó, actuar como un asistente de onboarding personalizado, como tutor virtual de soft skills, generador de contenido formativo, asistente de cumplimiento normativo o coach de ventas virtual.
En el ámbito de la formación puede crear contenidos formativos a medida, automatizar tareas, realizar análisis predictivos, personalizar el aprendizaje, analizar CVs o crear chatbots con preguntas y respuestas. Durante la sesión, Peláez mostró como una IAG puede crear un examen de cierta dificultad y corregirlo en cuestión de segundos.
Sobre esta rapidez de respuestas, la latencia, el experto dio también algunas pistas sobre los que nos puede deparar el futuro. El tiempo de inferencia está cambiando. “Ahora una IAG se pasa más tiempo pensando la respuesta, comparando varias soluciones. Esto da soluciones más ajustadas, pero también consume más recursos”, dijo.
Pelaéz habló también de los retos de una tecnología que se nutre de datos recopilados principalmente en el hemisferio norte, con los sesgos que ello puede conllevar. Para su mejor uso en educación, explicó, es necesario perfeccionar los modelos fundacionales, definir cómo se tratan los datos de profesores y estudiantes y conocer si estos modelos pueden ir más allá del conocimiento concreto de una asignatura.
En su opinión, la IA generativa tiene la capacidad operativa para transformar la formación, pero será solo el motor. El conductor serán los agentes autónomos, como los que recientemente han anunciado compañías como Salesforce. Agentes de IA que puedan razonar por sí mismos al completar tareas de ventas, servicios, marketing y comercio.
“EdGPT tiene que tener un enfoque humano para que amplíe el capital intelectual, tenemos que superar los retos que nos suponen los sesgos y las regulaciones y tiene que ser confiable, explicable, inclusiva y accesible”, concluyó.