17/12/2024
Se cuela en todas las conversaciones estos días. Vayas a donde vayas en estas fechas, todo parece estar lleno de gente. Las luces de Navidad, los restaurantes, los museos, las exposiciones e incluso las terrazas, a pesar del frío que acompaña estas fechas. La buena marcha del turismo es sin duda una buena noticia que impulsa la economía española, pero ¿no hay forma de organizarlo para evitar las aglomeraciones?
La tecnología, como en tantas ocasiones, puede aportar una solución, y ya hace tiempo que en algunos lugares han optado por ello. Son los llamados “monumentos inteligentes” que, como la Alhambra de Granada, utilizan herramientas de IA para regular el flujo de visitantes.
Si lo que queremos es organizar de forma efectiva el tránsito de turistas, pocas opciones resultarán tan útiles como valernos de la inteligencia artificial. Gracias a su capacidad de procesar grandes cantidades de datos en tiempo real, esta tecnología permite predecir patrones de comportamiento, identificar picos de afluencia y tomar decisiones informadas para regular el acceso.
Predicción de afluencia con Big Data
Bien empleados, los datos recopilados de fuentes como redes sociales, reservas de entradas online, sistemas de transporte y sensores locales permiten predecir con alta precisión cuándo y dónde se producirán aglomeraciones. Por ejemplo, en la Alhambra de Granada, la implementación de sistemas de big data ha permitido analizar el comportamiento histórico de los turistas y anticipar los días y horas de mayor demanda.
Además, la digitalización de entradas y el uso de sistemas de reserva por franjas horarias son herramientas prácticamente implantadas ya en casi todos los monumentos. Estas medidas no solo distribuyen el flujo de visitantes de manera más uniforme, sino que también evitan las largas esperas y mejoran la experiencia general. Adicionalmente, la IA puede ajustar en tiempo real el número de entradas disponibles en función de la capacidad del lugar y las condiciones del momento.
En muchas ciudades turísticas, la saturación no se limita a los monumentos, sino que se extiende a sus alrededores. Tecnologías basadas en IA, como las plataformas de gestión del tráfico, ayudan a redirigir flujos de personas y vehículos hacia rutas menos congestionadas. Además, se pueden desarrollar señales inteligentes y apps que informan a los turistas sobre las mejores horas para visitar ciertos lugares, reduciendo las aglomeraciones.
Experiencias virtuales y alternativas
También hay otras vías de reducir la presión turística sobre los monumentos más visitados del mundo: la creación de experiencias virtuales inmersivas que permiten a los visitantes explorar monumentos desde la comodidad de sus hogares. La Alhambra, por ejemplo, ofrece recorridos virtuales en alta definición que muestran sus salones y jardines con un nivel de detalle impresionante, pero además ofrece también la posibilidad de “viajar en el tiempo”, recreando no solo cómo son ahora, sino cómo tal y como eran en los años de Boabdil y sus predecesores.
Sobre todas estas opciones habla el informe «Inteligencia artificial para la innovación en el patrimonio digital: establecer una agenda de I+D para Europa” que analiza cómo la Inteligencia Artificial puede cambiar la forma en que manejamos el patrimonio cultural. Este trabajo de investigación muestra como la IA puede ayudar a realizar recorridos virtuales, mejorar la seguridad de nuestros monumentos y facilitar que las personas de todo el mundo aprendan sobre diferentes culturas.
El informe habla de cuatro áreas principales de trabajo:
- Enseñar a las personas nuevas habilidades para que puedan utilizar la IA en su trabajo con el patrimonio cultural.
- Garantizar que todo este trabajo sea bueno para el medio ambiente.
- Llegar a más personas mediante el uso de herramientas digitales para compartir tesoros culturales.
- Pensar en nuevas formas de ganar dinero para financiar la conservación del patrimonio cultural.
El estudio también habla de algunos desafíos, como la necesidad de contar con el tipo de datos adecuado para que la IA pueda aprender de ellos y la urgencia de abordar cuestiones éticas. Lo bueno –sostienen sus autores- es que la IA puede ayudar de muchas maneras, como arreglar fotografías antiguas, reconocer diferentes objetos en un museo, optimizar el fujo de visitantes y crear nuevas formas para que las personas experimenten la historia a través de la realidad virtual.