03/08/2022
Además del terrible coste en vidas y sus consecuencias emocionales, los accidentes de tráfico suponen para España un 1% de nuestro PIB. Un gasto desorbitado que, de alguna manera, puede reducirse con el desarrollo de los coches autónomos y la movilidad conectada. Un reciente estudio asegura que con su implantación en España se salvarán 11.000 vidas y evitarán 260.000 accidentes cada año.
No solo eso, los tiempos al volante se reducirán por una conducción más fluida, y las emisiones de carbono serán 400.000 toneladas inferiores. Ahora bien, para que todo esto sea posible, no solo es necesario desarrollar coches y trenes conectados, sino habilitar las tecnologías que hacen posible todo ello.
En Europa se están empezando a construir los corredores 5G transnacionales, que buscan convertir las grandes líneas de transporte y ferrocarril en líneas de transporte 5G. Muchos de ellos pasan por España, como el Corredor del Mediterráneo, que une España con Francia a través de la frontera con Perpiñan.
Para hablar de este proyecto, conocido como 5GMed, en el último podcast de DigitalES reunimos a Raúl González Prats, responsable de infraestructuras para la movilidad de Cellnex Telecom; José Luis Serrano, gerente de innovación de Hispasat; y Xavier Daura, director de innovación de Abertis.
En este proyecto, en el que participan 21 socios de 7 países diferentes, se busca ante todo garantizar que no existan problemas al pasar de un país a otro, algo que sería fatal para el futuro de la movilidad conectada. Cuestiones como el cambio de operador o el uso de protocolos diferentes pueden afectar gravemente al vehículo o al tren conectado.
Como explica Raúl González, se trata de bajo ningún concepto se interrumpan servicios como la conducción remota al pasar de un país a otro. Solo así, y a través de proyectos como el 5GMed, se podrá avanzar con garantías hacia la movilidad del futuro. Los servicios que se testearán se basan en una amplia gama de tecnologías más allá de 5G, incluidos los sensores a bordo y la Inteligencia Artificial, que proporcionarán servicios avanzados de conectividad a través de las rutas de transporte.
En concreto, la infraestructura prestará apoyo a cuatro casos de uso: conducción automatizada a distancia, gestión avanzada del tráfico, continuidad de servicios comerciales en el ferrocarril durante el cambio transfronterizo y, por último, infoentretenimiento con realidad aumentada para coches autónomos y ferrocarriles.
Los casos de uso se testearán primero en tres instalaciones de pruebas a pequeña escala que ayudarán a reproducir las condiciones reales. La integración y validación finales se llevarán a cabo en el tramo transfronterizo entre Figueras y Perpiñán. Este tramo es estratégico en la red transeuropea de transporte, ya que soporta el 55% del tráfico por carretera entre la península ibérica y el resto de Europa, así como el 65% del tráfico ferroviario.
Estos casos, según indica Xavier Daura, permiten intuir modelos de negocio que aún están por llegar, y que no eran posibles en los corredores habilitados con 4G. “Nos ayudan a tener sensores que permiten una detección del tráfico en tiempo real con un coste muy bajo”, explica en nuestro podcast.
Acabar con los accidentes
Pero no todo es cuestión de negocio. Uno de los grandes objetivos es la reducción de accidentes, que en España tienen un coste del 1% del PIB. Acabar con ellos –precisa Daura- sería una razón más que suficiente para justificar las inversiones.
“El 5G aparece con la premisa de conectar todo y a todos. Ahora es posible proporcionar una infraestructura que sirva de base para desarrollar con éxito el vehículo y el ferrocarril conectado”, señala José Luis Serrano, quien reivindica el papel del satélite como ”único elemento habilitador ágil y asequible que permite el despliegue en el 100 por 100 del territorio”.