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Por qué la tecnología va a cambiarnos la vejez

Sólo un 20,6% de los mayores de 65 años usa Internet con frecuencia pero todo esto tiene visos de cambiar en un futuro muy muy próximo.

Sólo un 20,6% de los mayores de 65 años usa Internet con frecuencia. La mayoría de los ‘atecnológicos’, un 82%, alegan la ‘no necesidad’ como razón principal para no conectarse a la Red, pero todo esto tiene visos de cambiar en un futuro muy muy próximo.

La tecnología y la digitalización están aquí para cambiarnos la vejez. Dentro de siete años, más del 20% de los europeos tendrán 65 años o más. En 2060, uno de cada tres ciudadanos formará parte de este colectivo. En España, la esperanza de vida ha subido desde los 69 años en 1960 a los 88 previstos para las mujeres en 2029.

El colectivo de la tercera edad cada vez es más importante, y eso ha llamado la atención de numerosos emprendedores que han desarrollado iniciativas tecnológicas encaminadas a mejorar nuestra vejez. Y más allá del interés económico, hay una obligación moral para toda la sociedad. Reducir la brecha generacional debe ser objetivo de todos.  

Nuestros mayores son una fuente inagotable de sabiduría y la tecnología es básica para ellos. Puede acercarles a sus seres más queridos, ayudarles a llevar un control de medicamentos, a pasar el rato en momentos de ocio e incluso salvar vidas.

Quizás por ello, WhatsApp es la herramienta favorita de los mayores de 65 años, seguida de Facebook. Son redes que permiten intercambiar imágenes y vídeos y comunicarse sin necesidad de utilizar el lenguaje escrito, que a algunos les genera más dificultades. 

Pero no es la única. La adopción masiva del smartphone por este grupo de edad ha hecho posible que weareables o aplicaciones (apps) de fácil manejo vayan irrumpiendo en la vida cotidiana de los ancianos. Son herramientas que facilitan su comunicación, pero también mejoran su vida diaria: tele asistencia, control de parámetros de salud relevantes, diagnósticos o chequeos en remoto. 

Algunas de ellas se centran en la prevención de caídas, como Angel 4 o Farseeing; en mitigar los efectos del aislamiento o la demencia, como Mario o Dem@care; o en gestionar ejercicios físicos y de entrenamiento cognitivo que ayudan a los mayores a permanecer en forma, como Long Lasting Memories y Sociable. 

Y no todo son mejoras en la salud. También está la parte afectiva, tanto o más importante. Story Before Bed es una app que permite compartir vivencias con tus nietos aunque vivan lejos y contarles un cuento antes de irse a dormir. Proporciona una lista de historias a elegir, que el usuario lee mientras aparece en la webcam de sus nietos. Por otro lado, los niños pueden escucharla cuantas veces quieran mientras a la vez ven a sus abuelos leyéndoles en la pantalla.    

Apps, proyectos y gadgets que están aquí para cambiarnos la vejez, y a los que a buen seguro se sumarán muchos en los próximos años. Pero… ¿por qué es tan importante para los mayores sacar partido a las nuevas tecnologías? Os enumeramos los beneficios más importantes:

 

  • Superan los prejuicios: De esta forma demuestran a la sociedad que la Tercera Edad no es sinónimo de pasado e impide que no se aparten de la vida social al sentirse inútiles.
  • Mejoran su calidad de vida: La tecnología también es útil para las necesidades que puedan tener.
  • Conservan y amplían su red de relaciones: El uso de la telefonía móvil y herramientas como el correo electrónico y la mensajería instantánea agilizan la comunicación con los demás.
  • Fortalecen su independencia: Tecnologías como Internet favorecen su autonomía como personas independientes. Pueden acceder con inmediatez a información sobre recursos que pueden servirles de apoyo en la vida diaria.  
  • Se mantienen más activos y saludables: La salud se compone no sólo del equilibrio del factor físico, sino también del psíquico o mental. La falta de actividad mental explica la disminución de la capacidad de aprendizaje en la vejez. Diversos estudios han demostrado que el aprendizaje de nuevas tecnológicas estimula la actividad mental de las personas mayores, reduciendo la incidencia de enfermedades como el Alzheimer. 

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