12/03/2021
La implantación del 5G va a cambiar para siempre nuestra sociedad. Un estudio recientemente publicado por KPMG asegura que el despliegue de esta red supondrá una mejora de la eficiencia y de la productividad que impulsará el PIB mundial en 1,3 billones de dólares en el año 2030.
Las ventajas de esta tecnología – velocidad más rápida, menor latencia y capacidad para conectar un mayor número de dispositivos – propiciarán un futuro más eficiente y productivo, donde saldrán muy beneficiados sectores como el de la salud y la atención sociosanitaria, el eléctrico, el industrial o el financiero.
Pero más allá de su impacto económico, si un sector puede experimentar mejoras a raíz de la implantación del 5G es el educativo. Los avances en tecnología móvil, IoT e internet táctil cambiarán para siempre la forma de enseñar, como también lo harán las nuevas y mejoradas aplicaciones de la realidad virtual y aumentada, que comenzarán a desempeñar un papel importante en el aprendizaje basado en la comprensión.
El modelo de aprendizaje futuro estará centrado en el alumno y la conectividad de los dispositivos. El 5G contribuirá a crear un entorno internacional, inmediato, virtual e interactivo que permitirá redefinir además el rol del profesor en el aula.
4 ejes de trabajo
Más allá de la tecnología empleada, los retos que tiene el Sistema de Educación y el modelo de Formación se pueden resumir en cuatro ejes y en un objetivo claro: cambiar para aprovechar al máximo todo lo que nos brinda la tecnología y por tanto la digitalización.
1º eje: Que las personas tomen decisiones.
Como indica Javier Miranda, responsable del Área de Formación y Empleo de DigitalES, es preciso fortalecer el empoderamiento de las personas para que tomen decisiones sobre su desarrollo profesional y personal, y para ello es necesario desarrollar sistemas que ayuden a las personas a tomar estas decisiones.
Big data y algoritmos son una combinación perfecta para ayudar a las personas a elegir mejor. Sin olvidar por ello la importancia que tiene en todo el sistema el rol del orientador, que deberá subirse también a la evolución tecnológica para que el uso de la misma sea productivo y eficaz para el individuo.
2º eje: Aprender y formarnos juntos.
Hay que subrayar la idea de que no podemos hacer las cosas solos, sino que es más productivo trabajar en equipo, con personas cercanas o alejadas y en tiempo real o diferido.
Aprender a trabajar en equipo asociado al dominio de otras lenguas es uno de los retos más importantes de nuestro sistema educativo. La relación con otras personas hará más sólidos nuestros conocimientos y nuestras ganas de aprender, y para esto hay que seguir desarrollando plataformas cada vez más intuitivas que permitan la colaboración continua y la comunicación en tiempo real, en las que la aportación del 5G será decisiva.
La pandemia nos ha dado una lección importante en este aspecto, estar conectado ha significado estar activo y relacionado.
3º eje: Aprovechar todos los recursos.
Los recursos para formarse y aprender están por todos los sitios, muchos de ellos gratuitos. Hay que saber buscarlos, discriminar y relacionarlos con nuestros intereses. Nunca antes en la historia de la humanidad habíamos tenido acceso a tal cantidad de conocimientos, hoy en día podemos acceder a una clase de un premio Nobel desde la estación de un tren.
Buena prueba de ello es el éxito de la plataforma #Digitalizate, coordinada e impulsada por DigitalEs, que recientemente ha sido seleccionado como buena práctica dentro de la Red Europea de Servicios Públicos de Empleo. Los 600 cursos gratuitos integrados en esta plataforma han recibido cerca de dos millones de visitas en un año.
Y los recursos siguen desarrollándose a gran velocidad. La realidad aumentada, la realidad virtual y los simuladores son los nuevos invitados a este gran festín de recursos, que vendrán de la mano de las nuevas generaciones de redes, 5G y de la cada vez mayor capacidad que tiene la fibra óptica.
4º eje: Foco en la personalización.
Cada individuo tiene que ser protagonista de su desarrollo y formación. Los que aprenden y los que enseñan tienen que aprovechar la fuerza de las redes sociales para potenciar sus fortalezas: los que enseñan tienen que aprender y los que aprenden tienen que enseñar.
Para llegar aquí tenemos que afrontar unos de los retos más definitorios, desarrollar el nuevo rol del profesor, un profesor que no sólo debe impartir sino que también crear contenidos, estructurar información, desarrollar proyectos y dar protagonismo a los alumnos.
En suma, retos que solo es posible afrontar con el soporte de una tecnología más rápida y fiable y que deben hacer de la educación un área mucho más eficiente, donde nuevos modelos basados en 5G faciliten el proceso cognitivo del estudiante.