09/12/2024
No se trata de ciencia ficción. Es algo que se puede hacer hoy mismo, que apenas te llevará unos minutos y que ha sido posible gracias a una iniciativa desarrollada por uno de los centros educativos con mayor prestigio del mundo: el Instituto de Tecnología de Massachussets, más conocido como MIT.
Científicos de esta universidad han desarrollado una inteligencia artificial que te permite chatear contigo mismo en un futuro no mayor de 30 años cuando, previsiblemente, tu carrera y tu vida personal se encuentran encauzadas y has cumplido parte de tus sueños.
No es algo tremendamente revolucionario, pero es interesante. Se trata de “humanizar” modelos como ChatGPT para lograr una mayor productividad de estas herramientas. Y los resultados del primer estudio son concluyentes. Los autores aseguran que el uso de esta herramienta disminuye el nivel de ansiedad, aumenta la motivación y produce una gran conexión con nuestro “yo” futuro.
Utilizarla es muy sencillo. Hay que acceder a la página Future You y contestar una serie de preguntas sobre nuestra vida y nuestra personalidad. Nivel de ansiedad, agobio o motivación, nuestros objetivos profesionales y nuestros sueños de futuro, también a nivel personal. No más de 15 minutos de test.
Luego hay que hacerse un selfie y dejar que la herramienta defina cómo serás a los 60 o los 70 años. Aunque no que te guste mucho verte con canas, es inevitable sentir una leve simpatía personal hacia tu “yo” del futuro. O al menos superior a la que sientas por otros modelos de IA totalmente impersonales. Y la conexión se acrecienta porque, además, Future You dibuja un futuro bastante optimista.
Según los autores del estudio, la capacidad de recibir consejos de nuestro yo mayor en lugar de un chatbot de IA genérico nos hace sentir mucho mejor sobre el futuro. “Los componentes interactivos y vívidos de la plataforma le dan al usuario un punto de anclaje y convierten algo que podría resultar una reflexión ansiosa en algo más concreto y productivo”, aseguran sus creadores.
Lo cierto es que ese parece ser el principal beneficio de esta plataforma, ya que, cuando preguntas cosas concretas cómo dónde vas a vivir en un futuro o cuál será el impacto de la IA en trabajos como el periodismo, las respuestas son muy generales, similares a las que ofrece cualquier otro modelo de inteligencia artificial generativa.
No en vano, los datos que proporcionamos en la entrevista inicial son procesados por ChatGPT d, que ejecuta GPT-3.5 y crea una arquitectura que sus autores denominan “memoria futura”. Combina predicciones sobre el futuro del usuario en función de las respuestas del cuestionario, utilizando datos de entrenamiento entre un conjunto de datos más amplio de personas que hablan sobre sus experiencias de vida en sus carreras, relaciones y más allá.
El chatbot, que adopta una personalidad en función de las respuestas del usuario, responde a las preguntas del usuario sobre cómo podría ser su vida y ofrece consejos sobre posibles caminos hacia el futuro que desea. Siempre con ideas positivas e intercalando mensajes sobre la importancia de perseguir los sueños, no rendirse y trabajar con mentalidad abierta a los cambios.
Los datos se combinan en una arquitectura de procesamiento de lenguaje natural que mantiene una sensación de continuidad y personalización para el usuario, lo que hace que su personalidad futura sea creíble y cercana.
Objetivo: inspirar cambios en el comportamiento
Pat Pataranutaporn, uno de los autores del proyecto, ha mantenido varias conversaciones con su “yo del futuro”, pero asegura que la más profunda fue cuando el chatbot le recordó que sus padres no estarían aquí para siempre, por lo que debía pasar tiempo con ellos mientras pudiera.
“La sesión me dio una perspectiva que me sigue impactando hoy en día”, afirma. En su opinión, la conexión que genera Future You debería fomentar la toma de mejores decisiones en la vida, desde centrarse en objetivos concretos y hacer ejercicio con regularidad, hasta comer sano y ahorrar para el futuro.
Ivo Vlaev, catedrático de Ciencias del Comportamiento de la Universidad de Warwick, afirma que la gente suele tener dificultades para imaginarse a sí misma en el futuro, pero que hacerlo podría impulsar una mayor persistencia en la educación, estilos de vida más saludables y una planificación financiera más prudente.
El proyecto del MIT es una “aplicación fascinante” de los principios de la ciencia del comportamiento. “Encarna la idea de un empujón -intervenciones sutiles diseñadas para guiar el comportamiento de forma beneficiosa- haciendo que el yo futuro sea más destacado y relevante en el presente»” asevera.
“Desde un punto de vista práctico, la eficacia dependerá probablemente de lo bien que pueda simular conversaciones significativas y relevantes. Si los usuarios perciben el chatbot como auténtico y perspicaz, podría influir significativamente en su comportamiento. Sin embargo, si las interacciones parecen superficiales o efectistas, el impacto podría ser limitado”, concluye el especialista.