07/03/2024
Solo un 26% de los puestos de trabajo STEM están hoy ocupados por mujeres, cuando en el resto de ocupaciones la división es cercana al 50/50. Son datos de un reciente informe elaborado por Esade que coincide en buena parte de su diagnóstico con el elaborado por DigitalES en septiembre de 2019.
El estudio ‘El desafío de las vocaciones STEM’, realizado por DigitalES y elaborado por EY, ya apuntaba entonces las principales causas por las que las jóvenes españolas rechazaban estudiar las materias que forman a los profesionales más demandados de hoy y del futuro, los del sector tecnológico y digital.
Son las asignaturas conocidas como STEM (Ciencia, Ingeniería, Tecnología y matemáticas, por sus iniciales en inglés), aquellas que dan acceso a unos puestos de trabajo con mayor demanda y con un salario por encima de la media. Una herramienta imprescindible para combatir la desigualdad.
No es que en los trabajos STEM no exista la brecha de género. Por desgracia existe, pero resulta inferior a la de otras profesiones, como demuestran estos datos recopilados por Esade.
A pesar de todo ello, las matriculaciones en carreras STEM no dejan de bajar. Con la única excepción de Medicina y en los últimos años Ingeniería Aeronáutica, donde a pesar de subir su presencia sigue siendo minoritaria (un 25%). Especialmente preocupante es el escaso interés de las mujeres por la carrera de Informática. Solo un 13% de los alumnos matriculados son del género femenino.
Otro caso llamativo es el de la carrera de matemáticas, un grado que antes tenía una nota de corte más baja y una salida profesional enfocada en el profesorado. Pero en la última década estudiar matemáticas tiene unas derivadas muy distintas. Vale para ser ingeniero de datos, especialista en IA, programador, CDO, desarrollador de software o bioestadístico. Y , en paralelo, entran más chicos que chicas.
Las matriculaciones femeninas, que hasta el año 2010 igualaban o superaban a las masculinas, han bajado un 36%. Y eso tiene consecuencias a largo plazo. La brecha en los estudios se traduce también en desigualdad salarial. Pero, ¿de dónde viene esta desafección por las matemáticas?
Gracias a un análisis exhaustivo y hasta hoy inédito de los datos de PISA 2022 y anteriores ediciones, el estudio de ESADE apunta cuatro conclusiones:
1→ A los 15 años la brecha entre chicos y chicas en notas de matemáticas es significativa; si bien ha descendido un 37,5% desde 2012. La brecha no se da entre el alumnado con peores notas, pero sí en el resto.
2→ La brecha es significativa en todos los contenidos matemáticos que se evalúan, siendo más acusada en la habilidad de identificar y formular problemas. Estas diferencias en resultados varían por la afección, autopercepción y ansiedad frente a las matemáticas.
3→ Autopercepción y afección: ya en 4º de Primaria, las niñas presentan una probabilidad un 15% menor que los niños de considerar las matemáticas como su materia preferida, y entre 8 y 9% menor de considerarse buenas, aprender rápido, o disfrutar. Piensan con mayor probabilidad que son aburridas y difíciles, aunque es más probable que les dediquen tiempo o esfuerzo. En contraste, pierden interés o abandonan con mayor probabilidad al no entender la materia.
4→ Ansiedad: a los 15 años, las niñas tienen una probabilidad sustancialmente mayor que los niños (21%) de declarar que se sienten nerviosas o desesperanzadas al resolver problemas matemáticos, así como de preocuparse por notas bajas. Además, estas cifras son peores en 2022 que hace una década.
Más ansiedad, peores resultados
Como era de esperar, tener una mejor autopercepción en Matemáticas se asocia con una mejora de +25,4 puntos para chicos y +26,7 para chicas en PISA 2022. Por el contrario, sentir ansiedad hacia las Matemáticas se asocia con una reducción de la calificación de -20,8 puntos para chicos y -18,6 para chicas. En 2012 era mayor: -28,8 y -25,3 puntos respectivamente.
Todo esto se traduce en un rechazo paulatino hacia las matemáticas, que se manifiesta a la hora de elegir una carrera universitaria. Las mujeres no tienen peor nota de corte en ingenierías ni en ciencias; tienen esencialmente la misma, pero optan menos por esas carreras.
Todo esto se traduce en un rechazo paulatino hacia las matemáticas, que se manifiesta a la hora de elegir una carrera universitaria. Las mujeres no tienen peor nota de corte en ingenierías ni en ciencias; tienen esencialmente la misma, pero optan menos por esas carreras.
En los posgrados se reproduce el patrón: 31% matriculadas en másteres de Ingeniería y Construcción, 25,5% en Matemáticas y estadística, y ni un 23% en los de Informática. Y en la Formación Profesional la brecha es aún más profunda: en la mayoría de grados STEM, tanto medios como superiores, la proporción hombres/mujeres es de prácticamente 9 a 1.
El camino a seguir
Las ideas y propuestas sugeridas por Esade para cerrar las brechas no difieren de las indicadas en el informe de DigitalES hace cinco años, y pasan por medidas con acciones tan sencillas –pero a la vez efectivas- como promover el contacto de alumnas con profesionales de la rama STEM que puedan compartir su experiencia con ellas.
A eso se dedica el programa ‘Empresas que Inspiran’, impulsado por Fundación Bertelsmann, en el que participan distintos socios de DigitalES. La iniciativa incluye la organización de charlas profesionales en colegios, visitas de estudiantes a empresas y la grabación de vídeos inspiradores sobre profesiones STEM.
Otras acciones que deben contribuir a cerrar la brecha entre géneros y fomentar las vocaciones científicas son:
→ Fomentar la participación en áreas STEM a través de cursos, actividades extraescolares o de verano, buscando además activar mecanismos de auto-confianza, auto-percepción y afección hacia las matemáticas.
→ Eliminar sesgos del currículum y de los materiales, haciéndolos más flexibles y adaptables a las necesidades de todo el alumnado, logrando modelos y contenidos educativos más inclusivos.
→ Dotar al profesorado de herramientas docentes para impartir una educación en STEM que minimice los sesgos, inclusiva, más individualizada, dinámica, con resolución colaborativa de problemas científico-matemáticos.
→ Ofrecer orientación individualizada para apoyar la toma de decisiones y asegurar que nadie deje de lado una posible elección de emprender una formación en STEM por falta de guía adecuada en el momento preciso.
→ Concienciar a las familias, incrementando la exposición a conceptos matemáticos en el hogar desde edades tempranas y promoviendo la participación de los padres en los procesos de aprendizaje de las matemáticas.
→ Incrementar el acceso de las chicas en momentos cruciales para la toma de decisiones a role models a través de mentorías, sesiones maestras, u otras formas de acceso directo a mujeres que ocupan actualmente puestos STEM.
→ Fomentar un entorno de trabajo inclusivo, modificando la visión de las personas más jóvenes sobre las ocupaciones STEM y reduciendo el abandono de las mujeres que ya están en estas carreras.
→ Asegurar políticas que sustenten el acceso en igualdad de oportunidades a carreras STEM, con una conciliación corresponsable para hombres y mujeres, remuneración y promoción equitativas, y normas bien especificadas.