Elegir las tecnologías por las que un país quiere apostar define su futuro. Así de rotundo se mostró Javier García Martínez, el primer español que liderará la Unión Internacional de Química Pura y Aplicada en el periodo 2022-2023, y la persona más joven en ostentar esa responsabilidad.

El científico hizo esta afirmación en una edición más de ‘Las mañanas del Mañana’, el desayuno-coloquio organizado por la patronal tecnológica DigitalES para conocer el impacto de las tecnologías emergentes en la recuperación económica de nuestro país. Allí, abogó por impulsar una educación humanista  que no termine en las escuelas y por entender a las empresas como instituciones educativas donde los empleados deben seguir formándose.

García, que también es miembro del Consejo de Tecnologías Emergentes del Foro Económico Mundial (Davos) y catedrático de la Fundación Rafael del Pino, habló de las áreas en la que España puede destacar en los próximos años, merced a su liderazgo o buen posicionamiento, y destacó que la digitalización es transversal a todas ellas. Para ello, remitió a la última edición del informe que elabora cada año la cátedra de Ciencia y Tecnología de la Fundación Rafael del Pino, de la cual forma parte. Este trabajo desgrana las 10 tecnologías emergentes con más posibilidades para impulsar la competitividad española.

“No son las tecnologías que más nos gustan, o las que están más de moda, sino las que mejor pueden encajar en la realidad socioeconómica española”, apuntó este experto.

Hay, señala el informe, cuatro áreas frontera de la innovación en la que España destaca por su liderazgo: edición genética, inteligencia artificial, sistemas satelitales y celdas solares. Estas tecnologías, que ya son reales y no puro experimento, tienen grandes posibilidades de abrir nuevos horizontes si se sabe profundizar en su investigación y desarrollo, en las que nuestro país puede exhibir ciertas fortalezas y posición de ventaja.

Además de estas cuatro, España presenta fortalezas en sectores muy diversos, que mediante un buen uso de los Fondos Europeos pueden acelerar la recuperación de la economía española tras la pandemia. Estas son las 10 tecnologías emergentes que podrían impulsar la mejora de la competitividad española:

1. Inteligencia Artificial

En los próximos años se estima que el valor del mercado de la IA alcance los 190.000 millones de dólares, equivalente a la actual capitalización bursátil de Apple. Por su condición híbrida como factor capital y factor trabajo, va resultar decisiva para el crecimiento del PIB en países como Alemania, Suecia o Finlandia y elevará en cerca de un punto las expectativas para España o Italia. Bajo esas condiciones, la productividad nacional en la Unión Europea podría mejorar entre un 11 y un 34%

España debe jugar un papel relevante en los desarrollos en un idioma que hablan más de 400 millones de personas. Esto también es aplicable a los múltiples tipos de robots asistenciales o de atención al público.

2. Edición genética

Hasta hace una década, corregir mutaciones genéticas, insertar genes terapéuticos, eliminar secuencias patógenas del ADN y activar o desactivar genes entraba en el terreno de la ciencia-ficción. Ahora la ficción ha desaparecido y ha quedado la ciencia.

España se convirtió en el primer país europeo en incorporar a su legislación el nuevo reglamento comunitario sobre ensayos clínicos. Dentro de este puzzle, la edición genética supone una excelente oportunidad para España, tanto desde el punto de vista sanitario como económico.

CRISPR, una técnica que fue descubierta en nuestro país, es clave para el mantenimiento del talento de los investigadores en nuestro país, que se encuentran dentro de la élite mundial. También para el aumento de contrataciones de profesiones relacionadas con este sector y el surgimiento de una industria de alto valor añadido. A eso se añaden las grandes oportunidades que las técnicas de edición genética ofrecen a la mejora de nuestra agricultura y nuestro medio ambiente, clave para el futuro de España.

3. Sistemas Satelitales

Según la ESA, cada euro invertido en tecnología espacial retorna una media de 6 euros a la economía global, teniendo además un impacto transversal en todos los sectores industriales y en nuestra sociedad.

España está muy bien posicionada para aprovechar el tirón del espacio. Con cerca de 400 millones destinados a actividades espaciales, está dentro de los 15 primeros países de este sector. Varios hitos recientes confirman la vitalidad de la explotación espacial española, como el lanzamiento del satélite espía Paz, la fabricación del satélite de control de exoplanetas Cheops y la elección por parte de la CE de las instalaciones del INTA en Madrid como base del centro de vigilancia del programa Galileo, un traslado obligado tras el Brexit en el que la candidatura española se impuso a otras siete ubicaciones europeas.

España se encuentra en una excelente posición para diseñar y liderar misiones tanto de observación de la Tierra como de vigilancia espacial. Todo un logro para un país que ha pasado de ser un mero espectador en la carrera espacial de los años 60 a tener una ingeniería de primer nivel en la era del New Space.

4. Energía distribuida

Alemania tiene unos 20 gigavatios en paneles solares instalados en los tejados de las casas. España no llega a uno. Y, mientras tanto, millones de alemanes vienen a España cada año en busca del sol en vacaciones. Es una paradoja que no tiene fácil explicación.

Expertos consideran que España podría ser líder, como lo fue en los primeros momentos de despliegue de energías eólica y termosolar. Al menos en este campo sí se puede afirmar que nuestro país dispone de abundantes materias primas.

5. Blockchain

Esta tecnología se desarrolla en un entorno en el que el punto de partida no concede ventajas particulares a ningún país, ni a ningún grupo de trabajo, más allá de la capacidad para contratar talento y gente ya experimentada en este terreno.

Es, por tanto, una oportunidad para países que gocen de un buen sistema educativo e investigador. Una inversión en talento que desarrolle las técnicas criptográficas, basadas en la teoría de números, la geometría algebraica (curvas elípticas) y los procesos aleatorios llevaría a España a las fronteras de esta tecnología.

6. Nuevas tecnologías para combatir el envejecimiento

España tiene la oportunidad de escalar puestos en el ránking de países en torno a los avances científicos sobre el envejecimiento saludable, dado que registra uno de los índices más elevados de población mayor de 65 años.

Ocupa el cuarto lugar del mundo en envejecimiento de la población y se ha colocado en el sexto lugar como país más visitado por los europeos que optan por el turismo de salud, y ocupa el octavo puesto a nivel mundial.

Los últimos tres años han sido definitivos para el despegue del mercado inversor en startups destinadas a investigaciones dirigidas a conseguir en envejecimiento saludable. Según las estimaciones, conseguir un aumento de la esperanza de vida saludable de 2,2 años, generaría un ahorro de 7 billones de dólares en 50 años.

7. Materiales fotoactivos avanzados

En España no se fabrican placas solares de manera industrial y masiva. Sin embargo, sí se están desarrollando procesos punteros de investigación, que podrían llevar directamente a la nueva generación de captadores de energía solar, más allá de los procesos basados en el módulo de silicio que todavía domina el mercado y seguirá haciéndolo en los años inmediatos. La puesta en escena de nuevos materiales que superen sus características es una gran oportunidad disruptiva para entrar con fuerza en un mercado en el que sólo somos clientes y usuarios.

8. Internet de las Cosas

El despliegue de dispositivos y la capa de software para gestionar su utilidad parece requerir la formación específica de buenos desarrolladores, empresas especializadas y gente con imaginación para crear una industria de aplicaciones personalizables y a la medida.

Como quinto país europeo por inversión en estas tecnologías, España cuenta ya con más 6 millones de objetos conectados al IoT a través de las tres grandes teleoperadoras. A gran escala, las principales inversiones se realizan en sensorización de ciudades y adopción de soluciones empresariales de automatización, ahorro de costes y experiencia de cliente. La red española de smart cities, con 83 urbes sensorizadas, cuenta con Barcelona entre las tres ciudades del mundo más inteligentes, junto a Londres y Singapur.

9. Energías renovables

En España hay compañías investigando opciones relacionadas tanto con sustituir los materiales de la batería actual, usando combinaciones litio-azufre y litio-aire, como nanomateriales a partir de grafeno. Este ya se usa en baterías de ion-litio, para hacer electrodos, aunque el objetivo más ambicioso es desarrollar un nuevo tipo con celdas de polímero de grafeno. Incluso, un paso más allá, se investiga en laboratorios españoles un nanofluído electroactivo de grafeno, que al ser líquido podría repostarse de manera similar al funcionamiento de las gasolineras.

El desarrollo de almacenamiento eléctrico masivo, para llevar las renovables al máximo aprovechamiento en el mix energético, adquiere una perspectiva de interés todavía mucho mayor.

10. Seguridad Digital

Las tecnologías presentes en la seguridad están basadas en matemáticas: un teorema, una vez demostrado, puede ser usado por cualquiera. Aunque, para hacerlo, hace falta una preparación. Ahí reside la oportunidad: desarrollar tecnología en seguridad y criptografía. Hay campo para la inversión pública y para iniciativas privadas corporativas y de emprendimiento. España, con jóvenes bien formados en matemáticas, puede conseguir un desarrollo tecnológico importante en una actividad que, fundamentalmente, precisa de materia gris.

 

Descarga aquí el informe: informe-nuevas-tecnologias.pdf (frdelpino.es)

Puedes volver a ver la intervención de Javier García Martínez en ‘Las Mañanas del Mañana’ en este enlace: https://www.youtube.com/watch?v=2gNE_VVuKFw&t=39s