04/06/2024

Los datos con concluyentes. Aunque se está reduciendo en los últimos tiempos, existe una innegable brecha de género en el sector tecnológico, que se arrastra además desde la formación. Solo un 36% de los alumnos de las carreras de Matemáticas son mujeres, y el porcentaje se reduce al 15% en la titulación de Informática. En FP las cifras son aún peores. 

Tampoco mejora en la transición al mercado laboral. En los casos en que hombres y mujeres cuentan con la misma titulación, las féminas tienen un 3% menos de posibilidades de incorporarse a posiciones STEM. Y eso que la brecha salarial es menor en el sector tecnológico que en cualquier otro segmento.  

La realidad refleja que solo un 5% de las mujeres españolas trabajan en profesiones STEM (Ciencia, Tecnología, Ingeniería y Matemáticas, por sus siglas en inglés). Tampoco el porcentaje de hombres es muy elevado –solo un 13%- pero casi triplica el del género femenino. Son cifras muy pobres si queremos impulsar la competitividad de un sector y de un país que se ve lastrado por la falta de vocaciones científicas. 

Sobre todo ello hablaron hoy Emma Fernández, miembro de #somosmujerestech y patrona de la Fundación Mashumano y de la Fundación ASTI Talent&Tech; Arantxa Fernández, Fundación Secretariado Gitano y Miguel Ángel Alemany, subdirector de Políticas Activas de Empleo de la Agencia para el Empleo de Madrid, en un debate organizado por DigitalES y moderado por Patricia Urbez, D.G. de Sector Público para Fujitsu y consejera independiente en Enagás.

En esta nueva edición del espacio D-Learning, se analizaron estos datos (aportados por Miguel Ángel Alemany) y se apuntaron las claves para reducir una brecha que, según apuntó Patricia Urbez, “más allá de un problema de género es también un problema de número, puesto que necesitamos trabajadores STEM”. 

Aunque el trabajo es arduo, los expertos aportaron, cada uno desde su experiencia, diferentes claves para reducir una brecha que afecta de manera directa a empresas, administraciones, trabajadores y estudiantes. Estas nueve son algunas de las que pueden ayudarnos a mitigar el problema. 

1. Reducción de la “titulitis” y aumento de las contrataciones 

Arantxa Fernández destacó la conveniencia de suprimir tramas burocráticas a la hora de impulsar las contrataciones en el sector tecnológico. “Todas las empresas necesitan talento, pero no todas quieren contratarlo. Algunas ponen barreras en forma de “titulitis” pidiendo un título oficial”, dijo. 

2. Rebajar la dureza del sistema educativo 

 Miguel Ángel Alemany apuntó que la educación en materia tecnológica suele ser “muy dura” para algunos estudiantes, y apuntó la conveniencia de “emplear metodologías diferentes” para acercar ese conocimiento a las personas. 

3. Dar a conocer el impacto social de la digitalización 

Emma Fernández recordó que las vocaciones femeninas se inclinan en gran número por actividades de cuidado e impacto social. En este sentido, destacó la importancia de dar a conocer el alcance social que generan las actividades desarrolladas por las empresas tecnológicas, con objeto de atraer un mayor número de estudiantes.  

Brechas género

 

4. Potenciar los referentes

Arantxa Fernández contó el caso de Nazaret, una mujer de etnia gitana que está trabajando en Accenture tras estudiar una carrera tecnológica. Según relató, este caso se ha convertido en una fuente de inspiración para otras personas que ya quieren seguir sus pasos.

5. Reconocer al profesorado

Todos los ponentes coincidieron en la necesidad de reconocer en mayor medida la importantísima labor realizada por los docentes a la hora de encauzar vocaciones. “Tenemos un problema como sociedad si no valoramos suficiente la labor que hacen los profesores en esta sociedad. No podemos poner tanto peso en ellos y sí ayudarles más, porque en sus manos está nuestro futuro”, dijo Emma Fernández.

6. Combatir la tecnofobia

 La patrona de Fundación Mashumano insistió también en la necesidad de combatir la “tecnofobia”. En este sentido indicó que esta tendencia está cogiendo fuerza “en un mundo donde todo se extrema” y advirtió de que casos como el rechazo al 5G o a la irrupción de la inteligencia artificial “pueden hacer la brecha aún más relevante”

7. Involucrar a las familias

El subdirector de Políticas Activas de Empleo de la Agencia para el Empleo de Madrid subrayó la importancia de realizar cambios en las edades más tempranas del sistema educativo. A su juicio, es preciso involucrar más a las familias y reforzar la orientación profesional.  

La OCDE establece que los centros educativos deben contar con, al menos, un orientador por cada 250 estudiantes. Según un reciente informe de DigitalES, en nuestro país estamos lejos de alcanzar esta cifra ya que, de media, existe un orientador por cada 750 alumnos. 

8. Dar importancia a la autoestima

Otra de las acciones que se pueden poner en marcha para impulsar más vocaciones tecnológicas es valorar correctamente otros beneficios más allá del acceso al mercado laboral. Según explicó Emma Fernández, las personas que reciben formación en estas materias experimentan una gran mejora de autoestima. “Para muchas personas, lo digital es visto como un Everest, y conseguir subirlo les ayuda muchísimo”, dijo.

9. Acompañamiento a largo plazo y más colaboración

Los asistentes coincidieron también a la hora de reclamar que las acciones de fomento de la vocación sean de acompañamiento a largo plazo. “El ‘awareness’ del problema es ahora mayor, pero los números no engañan, el problema STEM no se ha solucionado”, dijo Emma Fernández. “No se han potenciado los suficiente las vocaciones STEM. Mi impresión es que las acciones son siempre para los mismos”, concluyó Arantxa Fernández. 

Video completo del encuentro:

 

Síguenos en Redes Sociales: