13/12/2019
Diego Rubio, profesor de Historia Aplicada en el IE y doctor por Oxford participó en los desayunos Las mañanas del Mañana organizados por DigitalES con una charla sobre los efectos socio-económicos que tuvo la innovación tecnológica en el siglo XIX y sobre cómo podemos aprender de ellos en el presente y de cara al futuro.
Rubio habló del «cronocentrismo», el convencimiento de que vivimos en un momento único. Y cita el caso de Uber, que no es nuevo. En 1914 nació en California «The Jitney», una compañía similar que llegó a tener 62.000 licencias en 2015. Para el profesor de Historia la innovación no depende solo del desarrollo tecnológico, sino de otros factores «que no fluyen a la misma velocidad, como la regulación o las expectativas de los consumidores».
Según el doctor por la Universdad de Oxford «la tecnología no sólo no destruye trabajo sino que lo crea. La tasa de desempleo en UK es hoy muy similar a la de hace 150 años a pesar del crecimiento demográfico, la llegada de inmigrantes y la incorporación de mujeres al trabajo».
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